[Crítica] Sucker Punch

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Ayer fui a ver mi esperadísima Sucker Punch de Zack Snyder(300,Watchmen), entré en la sala con una gran ilusión y salí con sentimientos contradictorios. Os cuento por qué…

Con una estética impresionante y un material promocional  más que apetitoso, Sucker Punch se me había antojado como uno de estos peliculones que recordarás toda la vida. Y lo ha conseguido.

Lo tiene todo: samuráis, luchas de katanas, robots con cara de conejito, zombis nazis, dragones y chicas guerreras con poca ropa. Parece entretenido, pero algo falla. Si bien la primera media hora fue una de los ratos que más he disfrutado en el cine (media hora de piel de gallina), la película va perdiendo fuelle y acaba siendo un poco insulsa.

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Bestial, sin lugar a dudas

Con un principio épico, la historia nos presenta a Baby Doll (Emily Brown de Una serie de Catastróficas Desdichas), que es ingresada en un manicomio femenino por culpa de su padrastro, que intentaba abusar de ella y de su hermana. Una vez internada, conocerá a sus compañeras Sweet Pea, Rocket, Blondie y Amber (Abbie CornishJena MaloneVanessa Hudgens y Jamie Chung, respectivamente)con las que se embarcará en una carrera contrarreloj para salir de su prisión y evitar que Baby Doll sea lobotomizada por petición expresa de su padrastro.

En el manicomio, las chicas para olvidarse de su cruda realidad bailan, y en esos bailes se «refugian» en dimensiones paralelas. En su primer viaje interdimensional, Baby Doll recibe el mensaje de que si puede hacerse con cinco objetos clave, será libre.  Así que tendrá que bailar para sumergirse en otros mundos y descubrir el secreto de su libertad.

Vale, en esto estamos todos de acuerdo, es una gran ida de olla. Pero mola.

Con una banda sonora impresionante, basada en su gran mayoría en versiones alternativas de canciones famosas (grandes Sweet Dreams y Where’s my mind) y música bastante cañera, veremos a cinco chicas peleando contra cualquier cosa que se les ponga delante, ya sea en la vida real o en las dimensiones alternativas (los dos igual de peligrosos).

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Un reparto realmente bien elegido

Sucker Punch es una historia bastante cruda, con abusos y prostitución, «decorada» con una estética impecable, mezclando tecnología con años 60, una mezcla genial, sin duda. La película en sí es un gran fetiche, chicas muy ligeras de ropa, veréis minifaldas e insinuación por doquier. Lo curioso es que los hombres en la película son llevados al límite de lo repugnante y por su parte, las chicas son mera decoración (aunque la mezcla de estilos de las protagonistas es realmente acertado).

Los actores lo clavan en su papel y la película rebosa 300 por todos lados, punto a favor.

No dudo en decir que es una película muy cañera, pero su gran fallo es la pérdida de fuelle, como he dicho antes. Parece que Zack Snyder saca su artillería pesada en su increíble primera media hora, pero que a partir de ahí, se va quedando sin munición para volverse una película un poco insípida (hasta la música pierde fuerza al final).

Como ya he dicho, tengo sentimientos contradictorios, si bien me encantó su estética, sus katanas y su estilo años 40 (en los mundos paralelos) hay un momento que no sabría decir muy bien cuál es, que pierdes el interés por la película.

Una triste noticia, porque tenía muchas expectativas en este film, que no se han visto del todo saciadas. Intentaré volverla a ver, porque aunque no sea el peliculón que pintaba, te hace pasar un buen rato. Además, para qué negarlo, tengo bastantes ganas de volver a ver las acrobacias de Baby Doll.

Podríamos decir que esta película ha sido una buena receta, pero un mal cocinado. Aunque hay escenas realmente épicas que se os quedarán grabadas en la retina.

Os animo a que la veáis y compartáis vuestras impresiones.

Os dejo con los cortos promocionales de los mundos paralelos:



La última extravagancia de Lady Gaga

Lady Gaga nos tiene acostumbrados a miles de extravagancias, desde vestirse de carne (cebo vivo para perros) hasta salir de un huevo cual cría de avestruz.
Así que no era de extrañar que para promocionar su nuevo disco «Born this way» nos sorprendiera con una nueva rareza.
Pero, ¿qué le queda por hacer a esta muchacha?
¿Vestirse de helado?¿Hacer una matanza de lechugas?¿Cantar con Rebecca Black?
Pues no, su nueva extravagancia ha sido, la que personalmente encuentro una brillantez: presentarse a ella misma tal como es. Sin pamelas kilométricas, sin un costillar en cada brazo y sin pestañas de acero inoxidable.
Lady Gaga ha decidido posar ante las cámaras con su melena rubia al descubierto y con ligeros toques de maquillaje para promocionar el single estrella de su nuevo disco, que lleva el mismo nombre.
Con un resultado, realmente sorprendente. ¡Detrás de esos enormes vestidos y maquillajes hay una chica!

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Esta no es la Lady Gaga de los filetes, ¿eh?